El estancamiento deportivo va mucho más allá de un periodo en el que no se muestra mejora y los resultados se estancan una y otra vez. Se pierde la garra, la potencia, la intensidad… pero, cuidado, no todo es físico. Estancamiento y bloqueo son dos conceptos que, pese a referirse a cosas distintas, están muy relacionados. Uno deriva en otro. Solemos atribuir el estancamiento a lo físico y el bloqueo a lo mental, sí, pero ambos se retroalimentan. De ahí la importancia que tiene entender, como apunta Martin, que mente y cuerpo van tan conectados como el pedal a la cadena de una bici.
Para recuperar el potencial de mejora, lo primero que tenemos que hacer es identificar qué circunstancias están influyendo en nuestro rendimiento. ¿Por qué nos hemos detenido en pleno ascenso? Para ello debemos conocer los síntomas que, a menudo, el mismo deportista no logra ver detectar con claridad. Para saber si estás estancado, te comparto cinco escenarios posibles.
1.- No consigues superar sus marcas
2.- Has perdido la garra para salir a entrenar
3.- No disfrutas compitiendo
4.- Dificultad para gestionar las emociones en el fallo
5.- Los pensamientos saboteadores te acorralan
Muchos deportistas no son conscientes del papel que juegan los ‘nervios’ en el rendimiento físico y que alimentan miedos. Nervios que, precisamente, se trasladan de la mente hasta el cuerpo.