Diversos estudios han confirmado que el cuerpo humano tiende a sincronizarse con el ritmo de la música. En 2006, el académico Javier Yanguas Leyes publicó el artículo Influencia de la música en el rendimiento deportivo, en él se reúnen una serie de estudios que confirman la hipótesis de que el ser humano posee una predisposición innata e inconsciente a sincronizar movimientos corporales con el ritmo de la música.
Dentro del conjunto de estudios que Yanguas reúne, también se comprueba que los sujetos que realizan actividad física mientras escuchan música con más de 100 BPM muestran un mayor despunte en su rendimiento.
Por ejemplo, aquellos sometidos a un experimento en una bicicleta estática, aparentaron hacer un esfuerzo extra, lo que se tradujo en un pedaleo más intenso.
Dicho en otras palabras, la música sirve como una partitura que dicta el ritmo con el cual realizamos cierta actividad —como sucede al bailar—.
Opta por una playlist cuyo promedio de BPM sea mayor a 100.
Sin embargo, debes saber que, al igual que toda sesión de entrenamiento, es importante tomarse el tiempo para entrar en calor.
Si bien ya has integrado un calentamiento, será mejor que consideres dejar la playlist modo bestia para el comienzo de la carrera o rutina de gimnasio.
Mientras tanto, puedes elegir un soundrack más tranquilo y darle tiempo a tu cuerpo para entrar en acción.
Tanto Apple Music como Spotify poseen algunas playlists útiles.
Desde clásicos del rock hasta la clase de reguetón que probablemente no escucharía en el auto con tu madre, existen muchas opciones que te ayudarán a mejorar tu rendimiento físico.