Caminar es una práctica habitual de ejercicio que conduce a la sensación de encontrarse en plena forma.
Lo ideal es andar diariamente una hora, aunque desde este punto de partida, se puede evolucionar hacia el senderismo o la marcha nórdica, y así disfrutar también de la naturaleza, el sol y el aire puro.
Otro ejercicio muy completo, indicado en parte si se busca un menor impacto en las articulaciones, es el ciclismo, mediante el cual se fomenta la capacidad aeróbica, lo que tiene una repercusión positiva en la potencia cardiorrespiratoria.
Quien practique esta actividad debe comenzar con tramos cortos y asegurarse de llevar el equipo de protección adecuado.
El entrenamiento de fuerza o con pesas mantiene los músculos listos para mantenerse ágil y evitar lesiones.
El running es el deporte de moda, sin embargo, para los mayores de 50 años es más recomendable practicar el jogging, que consiste en trotar de forma lenta, pausada y constante.
Se ha demostrado que este deporte es altamente eficaz para aumentar la esperanza de vida y para disminuir los efectos del envejecimiento, ya que es menos agresivo con las articulaciones, ayuda a reducir el nivel de colesterol malo en sangre y a controlar mejor la diabetes.
La natación es una actividad muy completa que contribuye a la salud cardiovascular.
Además, mejora la coordinación, aumenta la capacidad pulmonar y ayuda a aliviar problemas musculares.
Pilates o yoga son muy apropiadas en la edad madura, porque se pueden adaptar a las características y la condición física de cada persona.
Entre sus diversos beneficios destacan: el control de la respiración, la corrección de posturas inadecuadas, la prevención de dolores musculares y la reducción del estrés.