De un día para otro el organismo no tiene capacidad de crear grasa.
Podremos retener más líquidos de lo habitual por el exceso y por ese motivo nos sentimos más hinchados, pero en cuanto volvamos a la normalidad, eliminaremos esos líquidos y no nos habremos enterado.
Y precisamente el ejercicio físico ayuda a eliminar esos líquidos.
Por tanto, en principio, la recomendación general, tal y como apunta Ruiz, es la continuar con nuestra rutina de entrenamiento habitual, siendo conscientes de que “una comida puntual no va arruinar todo”.
Si esos excesos nos hacen ganar kilos de más, será necesario también ajustar la dieta con alimentos de gran densidad nutricional como las verduras que nos aporten saciedad y con un buen consumo de proteína.
Pero si nos centramos en el entrenamiento y en el día después –hemos venido a hablar de eso– estas serían las recomendaciones:
Aumentar el NEAT (gasto energético no programado)
Tal y como nos explica la entrenadora Sandra Lordén, estas siglas “hacen referencia a la actividad física que hacemos durante el día sin contar con el entrenamiento.
Es decir, caminar para ir al trabajo, hacer la compra, subir las escaleras…
Por lo cual, un objetivo para bajar esos excesos navideños seria programar un NEAT elevado durante los días siguientes: evitar coger el coche, pasear mas tiempo al perro, no coger el ascensor...
Todo ello nos ayudará a tener un gasto calórico mayor a lo largo del día y que, sumado día tras día, será clave para la pérdida de peso”, explica.
Combina cardio y fuerza en la misma sesión
Lo ideal para compensar excesos, tal y como nos explica Juan Ruiz, es aumentar el gasto calórico.
Y para ello lo más efectivo, tal y como nos confirman Lordén y Ruiz, es hacer tanto cardio como fuerza.