Comer los alimentos adecuados en el momento oportuno puede mejorar la energía, la fuerza y la recuperación muscular, optimizando los resultados del entrenamiento.
Carbohidratos: Avena, arroz, pasta, patatas, pan, entre otros.
Proteínas magras: Pollo, pavo, pescado, huevos, entre otros.
Grasas saludables (baja cantidad): aguacate, frutos secos, aceite de oliva.
Carbohidratos de rápida absorción: Frutas, boniato, arroz blanco, pasta blanca, patata, pan, entre otros.
Proteínas: Suero de leche, pollo, pavo, pescado, huevo, entre otros.
Hidratación: Agua o bebidas deportivas.
Ejemplos de comidas Pre-Entrenamiento: Desayuno Avena cocida con leche, plátano en rodajas y una cucharada de miel.
Tortilla de huevo con espinacas, pan y zumo de naranja.
Snack Yogur griego con frutas frescas y cereales.
Bocadillo de pechuga de pavo o jamón y fruta.
Ejemplos de Comidas Post-Entrenamiento: Comida completa Pechuga de pollo a la parrilla con arroz blanco y brócoli al vapor.
Pescado a la plancha con boniatos asadas y espárragos.
Snack Batido de proteínas y una porción de fruta.
Tostada con pechuga de pavo o queso fresco y fruta.
Al planificar cuidadosamente las comidas y los snacks en torno a las sesiones de ejercicio, los deportistas pueden asegurar que sus cuerpos están adecuadamente alimentados y preparados para rendir al máximo.
Recuerda que cada persona es diferente, por lo que es importante ajustar la nutrición pre y post-entrenamiento a las necesidades individuales, la tolerancia a los alimentos y las características del entrenamiento.