El propósito fundamental del período competitivo es mantener la forma deportiva alcanzada durante todo el período preparatorio y aplicarla para la consecución de logros deportivos.
En este período se trabaja en la consolidación de todas aquellas habilidades, hábitos y capacidades que garantizan una disposición óptima del deportista para la competencia,
los principales componentes de la preparación deportiva que deben considerarse son: Preparación física, la cual adquiere un carácter de preparación funcional orientada a lograr el nivel máximo de entrenamiento especial y su mantenimiento dentro del mesociclo y, al mismo tiempo, mantener el nivel de desarrollo de las habilidades físicas generales y específicas.
La preparación técnico-táctica tiene como objetivo asegurar que las formas elegidas de competencia, alcancen el grado más alto de perfeccionamiento, efectuándose sistemáticamente en condiciones reales de competencia.
La preparación psicológica se caracteriza por un trabajo especial dirigido hacia la disposición del deportista para la competencia y la regulación de sus estados emocionales, debe garantizar la predisposición especial para las competencias, la modelación del entrenamiento, formar una actitud correcta ante las posibles derrotas deportivas y mantener una actitud emocional positiva.
El período competitivo representa, en el ciclo anual o semestral, la etapa donde están concentradas las competencias fundamentales del calendario oficial.
Está determinado por el tipo de deporte y el calendario de competencias.
La orientación del entrenamiento está dirigida a mantener la forma deportiva, adquirida en el período preparatorio.