El TRX es una disciplina tan versátil como entretenida.
Este tipo de ejercicio de fuerza es fundamental para perder peso, tonificar los músculos y tener un cuerpo sano.
El TRX es una de las disciplinas más originales y eficaces dentro del fitness.
El TRX es una modalidad muy completa para trabajar todo el cuerpo con diferentes movimientos.
Brazos, piernas, espalda y pecho se benefician de ello.
Puedes incorporar el TRX a tus entrenamientos funcionales mediante intervalos o HIIT para una rutina más completa.
El TRX mejora la fuerza, el equilibrio, la movilidad, la coordinación y también refuerza el sistema cardiovascular y la resistencia.
Los TRX son entrenamientos en suspensión.
El TRX son dos cintas con agarres en los extremos que se sujetan a un punto de apoyo.
Durante el entrenamiento, la persona sitúa los pies o las manos en los agarres y realiza los diferentes ejercicios en equilibrio, ofreciendo contrapeso con su propio cuerpo.
El TRX es una modalidad muy completa para trabajar todo el cuerpo con diferentes movimientos.
Brazos, piernas, espalda y pecho se benefician de ello.
Puedes incorporar el TRX a tus entrenamientos funcionales mediante intervalos o HIIT para una rutina más completa.
Lo bueno es que puedes practicarlo en casa, en el gimnasio o al aire libre.
Solo necesitas tu TRX y un punto de apoyo firme donde sostenerlo.
La zona que más trabaja y se fortalece es el abdomen, ya que la fuerza del core es fundamental para el equilibrio que requiere el TRX.
Al ser el peso que se carga el del propio cuerpo, cada persona puede trabajar acorde a su nivel de forma física.
Además, existe un sinfín de movimientos y ejercicios que se pueden realizar con TRX, con mayor o menor intensidad y sin caer nunca en la monotonía.
Puedes incorporar el TRX a tus entrenamientos funcionales mediante intervalos o HIIT para una rutina más completa.
Aquí tienes algunos ejemplos de este tipo de entrenamiento: adoptar la posición de plancha con los pies suspendidos y llevar tus rodillas hacia el pecho o aprovechar esta postura para elevar el trasero hacia el techo en un ángulo de 90 grados.
Otra opción es tumbarte boca arriba con los pies en los estribos y elevar la pelvis.
Para un trabajo intenso de brazos, colócate de cara o de espaldas al punto de apoyo, colgando todo el peso de tu cuerpo en tensión y realizar diferentes tipos de flexiones para trabajar bíceps, tríceps o pecho en función de la apertura del movimiento.