Una alimentación equilibrada conlleva comer todo tipo de alimentos saludables y evitar en general aquellos que no lo son, dejándolos sólo para ocasiones especiales. Los deportistas no son un colectivo diferente al resto de la población, por lo que los alimentos desaconsejados para la población general suelen ser los mismos que para deportistas, aunque debido a las necesidades aumentadas de algunos nutrientes tanto en entrenos como en pruebas deportivas, puede tener un efecto más inmediato e indeseado que en el resto.
Alcohol, embutidos, bollería industrial, salsas comerciales, refrescos… son algunos de los alimentos con lo que han de vigilar los deportistas.
Las bebidas alcohólicas pueden perjudicar seriamente el estado físico del deportista porque aporta una gran cantidad de calorías vacías, consume vitaminas y minerales para poder ser metabolizado por el organismo y provoca deshidratación en el organismo.
Los embutidos no están clasificados como carne, su aporte mayoritario son las grasas de mala calidad, y además de los procesos de industrialización, hacen que puedan aportar azúcares y/o féculas, sal en exceso, fosfatos, nitritos, etc.
La bollería industrial contiene grasas vegetales perjudiciales para la salud, además se le añaden harinas refinadas compuestas por azúcares sencillos, y aditivos que no lo hacen una opción muy saludable.
Las salsas comerciales tienen un alto contenido en calorías, tanto por su aporte graso como de azúcares, además de elevado contenido en sal, colorantes, potenciadores de sabor, etc.
Los refrescos tienen como denominador común el azúcar y una lista interminable de aditivos de la letra E, y en el caso de las versiones light o sin azúcar encontramos varios edulcorantes artificiales nada aconsejados para la salud.
Los precocinados contienen una cantidad exagerada de grasas saturadas y aditivos, además de que sus ingredientes suelen ser de baja calidad.
Cabe recordar que hace años que los profesionales especialistas en nutrición no hablan de alimentos prohibidos, sino de aquellos aconsejados y desaconsejados, por lo que una dieta saludable no será únicamente el resultado del tipo de alimento que se escoge, también se tiene en cuenta la frecuencia y la cantidad.
No es lo mismo quien consume semanalmente este tipo de productos y además en grandes cantidades, que quien los consume de manera muy esporádica y cantidades moderadas. Los expertos destacan que no se trata de prohibirlos sino de vigilar la frecuencia y la cantidad en la que se consumen.