El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
Se relacionan fuertemente con el riesgo de padecer diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, triglicéridos elevados, enfermedades digestivas, artrosis precoz, apnea del sueño, baja calidad de vida, depresión, ansiedad y enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular, entre otras.
El aumento anormal o excesivo de grasa corporal del sobrepeso y la obesidad lo podemos estimar a través de mediciones como el índice de masa corporal.
Un IMC de igual o más de 25 se relaciona con sobrepeso y con una alta probabilidad de tener un porcentaje elevado de grasa corporal.
Según los expertos, comer menos y mejor, y movernos más, es la fórmula más eficaz para luchar contra la obesidad.
No hay fórmulas mágicas, la realidad es que comer menos y mejor, junto con movernos más, es la clave para luchar contra la obesidad.
Lo demás son mitos que nos abocarán al fracaso.
El abuso de hidratos de carbono de alto índice glucémico, alimentos procesados, consumo de grasas no saludables y la baja ingesta de vegetales están contribuyendo de manera muy notoria a esta epidemia de sobrepeso y obesidad.
Estos alimentos deberían ser excluidos de nuestra alimentación y habría que volver al patrón de dieta mediterránea tradicional, que en el estudio PREDIMED ya demostró reducir el riesgo de eventos cardiovasculares.
La dieta mediterránea no usa alimentos procesados, es rica en verduras, frutas, pescados, legumbres y usa el aceite de oliva como fuente de grasa principal.