Para evitar las enfermedades cardiovasculares, es fundamental cuidar nuestro corazón y, para ello, lo más recomendable es realizar ejercicio físico diario, no fumar y seguir una buena alimentación que es un factor clave que puede ayudar a prevenir este tipo de enfermedades. Incorporar fruta y verdura en nuestra dieta diaria es importante.
Evitar alimentos ricos en colesterol y grasas saturadas, que elevan el colesterol malo en sangre como, por ejemplo, carnes vacunas o de cordero grasas, quesos enteros y curados, mantequilla, nata, vísceras o patés, también es una buena práctica.
Incluir en nuestra dieta alimentos ricos en fibra y grasas buenas, como legumbres, que aportan fibra y minerales importantes para mantener a raya el colesterol, y frutos secos, que tienen grasas insaturadas para reducir el colesterol malo y elevar el colesterol bueno en sangre.
Reducir el consumo de alimentos ricos en sodio, que elevan nuestra presión arterial, como por ejemplo embutidos, caldos concentrados comerciales, aderezos comerciales o conservas, es fundamental.
Evitar las frituras y decantarnos por la cocción, que evita el agregado de grasas a los alimentos, también es importante.
Consumir los vegetales principalmente frescos o cocinados al vapor o al horno y, si es posible, con su piel, es una buena opción.
Desterrar la bollería industrial de nuestra dieta, pues es rica en grasas saturadas muy perjudiciales para el sistema cardiovascular, debe ser una prioridad.
En el caso de enfermedades cardiovasculares complejas, llevar una dieta sana y equilibrada y seguir el tratamiento médico y farmacológico que indique el cardiólogo y mantener un control regular del sistema cardiovascular es lo más recomendable.
Además, existen productos especialmente formulados para ayudar a mantener a raya los niveles de colesterol y fortalecer la salud cardiovascular.