1. Respiración diafragmática o abdominal
Esta técnica consiste en utilizar el diafragma para inhalar profundamente, permitiendo una mayor entrada de aire en los pulmones.
Para practicarla:
Posición inicial: Acuéstate boca arriba y coloca una mano sobre el abdomen.
Inhalación: Inhala por la nariz, llenando el estómago de aire y haciendo que tu mano se eleve.
Exhalación: Exhala lentamente por la boca, sintiendo cómo el abdomen desciende.
Una vez dominada en reposo, integra esta técnica mientras corres, asegurándote de mantener un ritmo respiratorio constante.
2. Respiración sincronizada con la zancada
Sincronizar la respiración mientras corres, con tus pasos puede mejorar la eficiencia y el ritmo de carrera.
Por ejemplo, puedes inhalar durante tres pasos y exhalar durante dos (patrón 3:2).
Este método ayuda a distribuir el esfuerzo de manera equilibrada entre ambos lados del cuerpo.
3. Respiración nasal vs. bucal
Respiración nasal: Ideal para ritmos lentos o moderados.
La nariz filtra, calienta y humedece el aire, lo que es beneficioso en climas fríos o secos.
Respiración bucal: Recomendada para ritmos más intensos, ya que permite una mayor entrada de aire.
4. Respiración con los labios fruncidos
Esta técnica ayuda a controlar la respiración y a mantener las vías respiratorias abiertas por más tiempo:
Inhalación: Inhala profundamente por la nariz.
Exhalación: Exhala lentamente por la boca con los labios fruncidos, como si fueras a silbar.
5. Calentamiento del diafragma:
Antes de correr, realiza ejercicios de respiración profunda para preparar los músculos respiratorios.