Antes de participar en una carrera o realizar deporte, es fundamental cuidar la hidratación. En general, se recomienda beber entre 400 y 600 mililitros entre 3 o 4 horas antes de la actividad física. Sí, mientras se realiza ejercicio, la recomendación general es tomar tragos medios, entre 150 y 250 mililitros, cada media hora, vigilando que la temperatura de la bebida sea de 10 a 15ºC. No obstante, esto puede variar según la intensidad del ejercicio y las condiciones climáticas. A partir de la hora y media de ejercicio físico, es aconsejable tratar de llegar a los 400-500 mililitros. Y, en caso de que se prolongue durante 2 horas o más y bajo temperaturas altas, se pueden consumir bebidas isotónicas con 6% de concentración de azúcares y 0,7 g/l de sodio, para mantener la hidratación. Una vez que ha finalizado la carrera o el ejercicio, es esencial reponer los líquidos que hemos perdido a causa de la actividad. Cuando se ha llevado a cabo un entrenamiento intenso y de larga duración, la rehidratación ha de ser del 150% del peso perdido, aproximadamente. Hidrátate en cuanto hayas terminado de realizar ejercicio, ingiere pequeños tragos, en lugar de beber mucha cantidad de golpe, evita consumir bebidas muy frías, usa bebidas isotónicas, no solo agua y rehidrátate también en invierno.