En condiciones normales, nuestro organismo pierde más de medio litro de agua a través de la piel y la respiración. Cuando sube la temperatura ambiente o realizamos ejercicio físico intenso, estas pérdidas pueden aumentar hasta el litro y medio, ocasionando un cuadro de deshidratación que es necesario compensar con la ingesta de agua o líquidos ricos en electrolitos que nos aporten sodio y potasio.
Según la guía Alimentación, nutrición e hidratación en el deporte, quienes practican cualquier actividad deportiva deben realizar una correcta hidratación en las siguientes tres fases: Antes del ejercicio, durante el ejercicio y después del ejercicio.
En caso de ejercicio de intensidad leve-moderada o de poca duración, no hay nada mejor que el agua, ya que el cuerpo la absorbe más rápidamente, y si es fresca en lugar de fría, mucho mejor.
Las bebidas isotónicas comerciales son una buena alternativa cuando se realiza ejercicio físico intenso durante largo tiempo y en temperaturas de más calor, gracias a que contienen cantidades variables de hidratos de carbono simples y complejos, y minerales como sodio, potasio, magnesio, calcio, cloruros y fosfatos.
Pero en personas que sufran hipertensión, se debe evitar el consumo de este tipo de bebidas isotónicas.