La liberación miofascial generalmente se aplica donde se practica la fisioterapia y el masaje.
La técnica se enfoca en el dolor que se cree nace en los tejidos miofasciales que envuelven, conectan y soportan a los músculos.
El objetivo es tratar el dolor originado en puntos álgidos, los cuales se relacionan con áreas rígidas y ancladas en los músculos o los tejidos conectivos.
Existen algunas pruebas respecto a que la terapia de liberación miofascial puede ayudar a reducir el dolor lumbar, la fibromialgia, el dolor del talón, las cefaleas, la tensión en el tendón de Aquiles y otros tipos de dolor, cuando se aplica con terapias establecidas.
La presión se aplica hasta que afloja la tensión, lo que generalmente reduce el dolor en los sitios adoloridos, libera la restricción en los movimientos y devuelve la simetría musculoesquelética.
La presión manual sostenida de la terapia de liberación miofascial aplica fuerza biomecánica para estirar el tejido tensionado.
Se cree que esas áreas, que no siempre están cerca de la fuente del dolor, restringen los movimientos de los músculos y de las articulaciones debido a la forma en que se interconectan los músculos y los tejidos de la fascia en todo el cuerpo.
Se cree que estimula los mensajes nerviosos que se envían al cerebro y al sistema nervioso central y eso, a su vez, lleva al cerebro a devolver mensajes que conducen a la relajación de los tejidos.