Para promover la adherencia al ejercicio terapéutico, debemos trabajar en torno a los siguientes factores:
Programa de entrenamiento
Basado en la individualización, la base científica de los ejercicios y su duración, el programa de entrenamiento debe estar adaptado al paciente en términos de intensidad, duración y frecuencia.
Equipo multidisciplinar
Aunque la labor del entrenador personal es imprescindible, contar con el trabajo de otros profesionales de la salud, como fisioterapeutas o psicólogos, ayudará a promover la adherencia.
Seguimiento
La monitorización del ejercicio y el seguimiento del entrenamiento favorecen la confianza y autoeficacia con el dolor del paciente.
Hacerlo de forma telemática aporta facilidad para adaptarlo a su rutina diaria.
Integración del programa en el día a día
Incorporar el entrenamiento en la vida diaria facilita la adherencia.
Esto resulta más accesible si existe la posibilidad de hacerlo desde casa, ya que no se depende de factores que lo dificultan como la meteorología o el transporte, que a menudo condicionan la asistencia a un centro deportivo.
Comunicación y feedback
Mantenerse en contacto con el paciente de forma constante, respaldando la comunicación con representaciones gráficas de su evolución, avances y síntomas favorece la adherencia.
Es importante educar al paciente, explicando los beneficios del ejercicio y aportándole seguridad para mejorar su percepción y confianza en el plan de entrenamiento.
Selección de objetivos
Los objetivos a conseguir deben ser específicos, medibles, alcanzables realistas y temporalizados.
El paciente debe involucrarse en su propio tratamiento, por lo que debe participar en su definición.