El ejercicio disminuye el dolor, mejora la movilidad de las articulaciones sin dañar el cartílago ni aumentar la inflamación.
Además aumenta la sensación de bienestar, de manera que la práctica de actividad física de forma habitual mejora de manera significativa la calidad de vida de las personas que sufren de artrosis.
Para las personas con artrosis, el ejercicio más indicado sería exactamente el mismo ejercicio que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la población general.
Esto es, realizar de 150 a 300 minutos semanales de ejercicio físico aeróbico moderado o de 75 a 150 minutos semanales a una intensidad vigorosa, o bien una combinación de ambas.
Y sumarle al menos 2 días semanales de ejercicio de fuerza.
De forma general, por tanto, el ejercicio aeróbico o cardiovascular y los ejercicios de fortalecimiento son los que más eficacia han demostrado.
Nadar, realizar bicicleta estática o caminar son algunos ejercicios recomendables para las personas con artrosis, pero la evidencia científica también ha demostrado la importancia de realizar ejercicios de fuerza que ayudan a potenciar la musculatura asociada a la articulación.
Una de las claves a tener en cuenta es la de realizar el ejercicio siempre adaptado a los gustos y posibilidades de cada persona, haciéndolos siempre sin llegar a forzar.