Una sentadilla perfecta es un ejercicio biomecánico espléndido para cualquier público. Lo primero que se debe tener claro sobre la sentadilla perfecta es la postura inicial. En este caso, los pies han de estar separados a la anchura de los hombros y un poco orientados hacia fuera.
Pues porque esta postura es más estable y fácil de mantener.
Si tenemos los pies muy separados o demasiado juntos, la estabilidad es mucho menor.
También si la inclinación de estos es exagerada, pues corremos el riesgo de sobrecarga el gesto y las articulaciones de rodillas y caderas.
Por tanto, la sentadilla perfecta para por pies a la anchura de los hombros y una ligera orientación hacia fuera.
A partir de ahí, nuestro límite se marcará en función de nuestra propia fuerza.
Una buena forma de iniciarse con las sentadillas es apoyarse contra una pared y desde ahí iniciar el movimiento.
Este gesto nos va a permitir mejorar la técnica y reducir la fuerza que hemos de hacer tanto en la subida como en la bajada.
Recordemos también que en la sentadilla perfecta siempre hemos de mantener la mirada al frente y la espalda bien recta.
Otra buena forma de conseguir mantener mejor el equilibrio en una sentadilla es utilizar las manos.
La manera más sencilla es estirando los brazos frontalmente, manteniéndolos en paralelo con el suelo mientras bajamos.
De esta forma tendremos más estabilidad y control sobre el movimiento, además de manejar mejor la inspiración y la expiración en el gesto.
Sin embargo, hay formas de lograr una sentadilla más perfecta todavía.
A medida que nos hayamos familiarizado con ella podremos incorporar peso.
Aunque es habitual utilizar la sentadilla goblet, donde se coge un peso con ambas manos para fortalecer más la musculatura, hay una sentadilla mejor.
Pues porque además de involucrar a los cuádriceps también involucra a los isquiotibiales.
Esta musculatura de la parte posterior de la pierna no es fácil de trabajar.
Las sentadillas con peso no suelen ser un ejercicio fácil para principiantes.
Por este motivo, las denominadas sentadillas con barra anclada son perfectas.
Simplemente consiste en una barra anclada en el suelo por su base, constando de una haltera inclinada diagonalmente.
Aquí se coloca el peso que se considere, se agarra la pesa por el extremo y mientras se sujeta cerca del pecho, lo levantamos y ejecutamos la sentadilla.
Distinctos estudios corroboran que esta forma de hacer sentadillas activa tanto cuádriceps como isquiotibiales, reforzando el trabajo de fuerza que permite esta sentadilla perfecta.