No es necesario bajar hasta el suelo, pero sí que hay que realizar el movimiento con una amplitud suficiente. Así, el objetivo debe ser intentar, al menos, llegar a una flexión de cadera y rodillas de 90º. Valgo de rodilla: Cuando existe falta de técnica o fuerza, muchas veces se produce una rotación interna de cadera con un valgo de rodilla, lo cual puede ser peligroso para nuestros ligamentos. Debemos intentar alinear la rodilla con la puntera del pie o incluso que esta se encuentre con mayor rotación externa.
Levantar los talones: Llevar el peso hacia la puntera de los pies es otro de los principales errores que se pueden dar. Puede ser debido a una falta de movilidad o de simple técnica.
Debemos distribuir el peso sobre toda la planta del pie, y bajar hasta una altura que en todo momento pueda mantener esta planta del pie en contacto con el suelo.
Flexión lumbar: Por falta de técnica o fuerza también se puede dar una flexión lumbar. Debemos apretar el abdomen y mantener la espalda neutra.
Debemos intentar evitar inclinarnos hacia adelante, un error habitual.
Cuando hacemos una sentadilla, debemos bajar con el torso erguido intentando mantener el pecho y la mirada altos.
Es bastante común llevar la mirada hacia el suelo y no mantener la espalda erguida inclinando en exceso el pecho hacia el suelo.
Juntar o separar demasiado los pies, ya que si juntas demasiado los pies, tendrás poca estabilidad, y mucha tensión en rodillas y muslos, mientras que, por el contrario, una posición excesivamente abierta generará mucha tensión en aductores.
Los expertos aprecian que hay una tendencia natural a juntar las rodillas al realizar este tipo de movimientos. Por eso, como decíamos, hay que intentar evitar este error, y es importante mantener constante la distancia entre rodillas, aumentando así la implicación de los glúteos en este movimiento.