Para hacerlo bien, es indispensable seguir un completo y riguroso proceso de estudio y diseño orientado a conseguir que un espacio esté iluminado de forma coherente con la arquitectura, la decoración y sus usos previstos.
Realizar un proyecto de iluminación previamente a la decisión de compra de luminarias, implicará, entre otros aspectos, un ahorro en la inversión así como un ahorro energético.
En el inicio de un proyecto de iluminación es necesario seguir unos parámetros básicos para especificar qué iluminación es conveniente para cada espacio.
Para conseguir nuestros objetivos esenciales es fundamental analizar varios factores, ya que un buen y eficaz diseño de iluminación empieza por: determinar la óptima distribución de puntos de luz, los niveles de iluminación requeridos, la elección de una correcta temperatura de color, y por evitar el deslumbramiento.
Una vez determinado los puntos de luz, niveles y tonalidades de iluminación, habiendo considerado las exigencias y requisitos de cada proyecto, y la creatividad del diseñador, es cuando se deben escoger las luminarias, y realizarse los cálculos y simulaciones para certificar que la iluminación diseñada cumple con los objetivos propuestos.