Un ejemplo de un ejercicio de tiempo de reacción es cuando el conductor de un autobús circula a 108 km/h y necesita detenerse ante un obstáculo que se encuentra a 165 m de distancia, con un tiempo de reacción de 0,4 s. Durante 0,4 s, que es el tiempo de reacción del conductor, el autobús va con un MRU, hasta que el cerebro manda la orden de pisar el freno. En este caso, el espacio que recorre hasta que pisa el freno es de 12 m, y luego recorre 150 m con un MRUV hasta que se para, por lo que el espacio total que recorre desde que ve el obstáculo hasta que para el autobús es de 162 m, lo que significa que no chocará. Sin embargo, si el conductor hubiera consumido alcohol y su tiempo de reacción aumentara a 0,7 s, el espacio que recorre hasta que pisa el freno sería de 21 m, y aunque sigue recorriendo 150 m con un MRUV, el espacio total que recorre desde que ve el obstáculo hasta que para el autobús es de 171 m, lo que significaría que chocaría con el obstáculo.