Para aumentar la densidad ósea, el ejercicio debe hacer que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos. Estos se denominan ejercicios de soporte de peso. Algunos son: Caminatas rápidas, trotar, jugar tenis, bailar u otras actividades de soporte de peso, como aeróbicos y otros deportes. Entrenamiento cuidadoso con pesas, utilizando máquinas con pesas o pesas libres. Los ejercicios de soporte de peso también: Aumentan la densidad ósea incluso en los jóvenes. Ayudan a preservar la densidad ósea en las mujeres que se acercan a la menopausia. Para proteger sus huesos, realice ejercicios de soporte de peso 3 o más días a la semana para un total de más de 90 minutos a la semana. Los ejercicios de bajo impacto, como el yoga y el taichí, no ayudan mucho a su densidad ósea. Pero, pueden mejorar su equilibrio y disminuir el riesgo de caerse y romperse un hueso. Y, aunque son buenos para el corazón, la natación y el ciclismo no aumentan la densidad ósea.