Para mejorar el equilibrio, es necesario mejorar la función de los tres sistemas que lo componen: visual, vestibular y propioceptivo. Estos sistemas trabajan juntos para mantener el equilibrio y la postura. Se pueden realizar ejercicios vestibulares pautados diariamente en un período de dos meses.
Entre los ejercicios que se pueden realizar se encuentran: caminar sobre los talones, posar los pies en el suelo y levantar los dedos, apoyándose sobre los talones, evitar trabar las rodillas y situar la mirada al frente. Cada 10 pasos, se puede cambiar el rumbo. Otro ejercicio es balancearse sobre una pierna, flexionar una rodilla para que una de las piernas quede levantada unos centímetros, mantener la postura recta y realizar el balanceo sobre la pierna apoyada durante 10 segundos.
Se puede balancear de lado a lado, realizar movimientos de balanceo, primero de un lado a otro, después delante detrás, y terminar haciendo círculos. También se puede poner a prueba el equilibrio, juntar los pies y aguantar 20 segundos con los ojos abiertos, cerrar los ojos y permanecer en la misma postura otros 20 segundos.
Andar de puntillas, abrir los ojos y caminar sobre las puntas de los pies hacia delante y hacia atrás, también puede ayudar. Cuando este ejercicio resulte fácil, se puede intentar con los ojos cerrados. Sentarse en una silla y levantarse, colocar una pelota en el suelo, cerca de una silla, sentarse, agacharse para recoger la pelota y levantarse de nuevo, repitiendo el ejercicio 10 veces, son también opciones.
Es importante tener constancia y seguir las indicaciones del fisioterapeuta, ya que este tipo de rehabilitación puede resultar exigente y, ocasionalmente, empeorar los síntomas debido a la adaptación del sistema vestibular.