Antes de la práctica deportiva: estiramientos dinámicos, para así despertar la musculatura y prepararla para el ejercicio.
Después de la práctica deportiva: estiramientos estáticos, para conseguir relajación en sus fibras y ayudar a un mejor descanso y recuperación.
Estiramientos estáticos: los realizamos de manera lenta y sostenida en el tiempo, lo que nos ayuda a aumentar la flexibilidad de nuestros músculos.
Estiramientos dinámicos: los realizamos de manera controlada, pero más intensa y corta en el tiempo.
Nos ayudan a incrementar la temperatura, permitiendo una contracción más rápida, con un aumento del trabajo muscular.
Como su nombre indica, realizaremos el estiramiento por medio del movimiento de las articulaciones.
Ambas respuestas son válidas, pero maquillando el estiramiento para cada ocasión.