El descanso no solo es un momento de inactividad: es una fase activa en el ciclo de entrenamiento que permite al cuerpo procesar los estímulos recibidos. Durante el ejercicio, el cuerpo sufre un desgaste físico que, si no se acompaña de un periodo adecuado de recuperación, puede generar problemas graves como el sobreentrenamiento o las lesiones musculares deportivas. Los principales beneficios del descanso son los siguientes:
Regeneración muscular: el entrenamiento, especialmente en disciplinas de fuerza, crea microdesgarros en las fibras musculares. El descanso facilita su reparación, promoviendo el crecimiento muscular y mejorando la fuerza.
Prevención de daños: muchos problemas comunes, como las lesiones de rodilla o musculares, están asociados a una falta de descanso o a una recuperación inadecuada.
Salud mental: más allá del plano físico, el descanso mejora la concentración, reduce el estrés y ayuda a tomar mejores decisiones durante el ejercicio.
Además, es muy importante que descanso y entrenamiento vayan acompañados de una dieta adecuada que equilibre la ingesta de carbohidratos, proteínas y grasas.
El descanso muscular y la hipertrofia están estrechamente relacionados. El crecimiento de la masa muscular depende de que haya un equilibrio correcto entre entrenamiento intenso y recuperación.
Los tiempos recomendados para conseguir este objetivo son los siguientes:
Entre series: las pausas entre series deben ser de entre 30 y 90 segundos.
Entre sesiones: después de entrenar un grupo muscular, se recomienda un descanso de 48 a 72 horas antes de volver a ejercitarlo.
Las necesidades de descanso varían según el grupo muscular y la intensidad del entrenamiento, con periodos que van entre las 24 y las 48 horas.
Grandes grupos musculares: los músculos grandes, como los de la espalda, el pecho y las piernas, requieren más tiempo para recuperarse.
Por lo general, es necesario hacer un descanso en el entrenamiento de entre 48 y 72 horas.
Pequeños grupos musculares: los músculos más pequeños, como los bíceps y tríceps, suelen necesitar menos tiempo de recuperación, aproximadamente entre 24 y 48 horas.
Sin embargo, estos tiempos también pueden variar dependiendo de factores como la edad, el nivel físico y el tipo de entrenamiento.
Incorporar actividades complementarias, como estiramientos, masajes o técnicas de prevención de lesiones, puede acelerar el proceso de recuperación.
Dada la importancia del equilibrio entre descanso y entrenamiento para la mejora del rendimiento y la prevención de lesiones, es muy importante que estos periodos estén pautados por profesionales.