La elección entre estos tipos de luz depende del uso que se le vaya a dar a la habitación. Por ejemplo, para un espacio de estudio, se recomienda una luz blanca que mantenga la concentración, mientras que para una habitación de descanso, se recomienda una luz más cálida. Iluminación para el dormitorio: el dormitorio es un lugar de descanso, por lo que la iluminación debe ser suave y relajante. Es recomendable utilizar luz cálida y tener varias fuentes de luz para diferentes propósitos. Por ejemplo, puedes tener una luz general para iluminar toda la habitación, y luces de lectura para leer en la cama. Iluminación para la cocina: la cocina es un área de trabajo, por lo que necesita una luz brillante y clara. Se recomienda utilizar luz blanca o fría para esta habitación. Además, puedes utilizar luces bajo los gabinetes para iluminar las áreas de trabajo. Iluminación para el baño: el baño requiere una combinación de luz brillante para las tareas de aseo y luz suave para relajarse durante un baño. Es recomendable utilizar luz blanca para el espejo y luz cálida para la ducha. Iluminación para el salón: el salón es uno de los espacios más importantes de tu hogar. Es donde la familia se reúne y se recibe a las visitas. Por lo tanto, la iluminación en esta habitación debe ser acogedora y relajante. Se recomienda utilizar una combinación de luz general y luces. La iluminación es un aspecto esencial de la decoración del hogar que puede mejorar tanto la estética de tu espacio como tu bienestar.