Los muebles auxiliares tienen un buen número de usos y aplicaciones, suelen tener tamaños pequeños y medianos, y una vez se coloca y se destina a una finalidad en concreto, como norma general, tendrá ese propósito para siempre.
Pueden colocarse en cualquier habitación, dormitorio, pasillo, entradilla, salón, cocina e incluso en el cuarto de aseo.
Su principal virtud, sus reducidas dimensiones, hace que encaje fácilmente en cualquier rincón, completando y complementando el estilo estético elegido.
No son pocas las ventajas que ofrece la colocación de este mobiliario, la principal de todas, la polivalencia, es decir, son multifuncionales.
Como norma general, pueden servir para un buen número de funciones, aunque no sean pocos los casos de muebles auxiliares especializados, es decir, utilizados exclusivamente para una función concreta.
Algunos de los destinos más habituales son servir de almacenaje para los objetos que se usan en la calle, para colocar el televisor, como las estanterías, los aparadores, las sillas y mesas, las zapateras, los biombos, los pufs… y un largo etcétera.
Para muchas familias son indispensables.
Sin importar el tamaño de la vivienda, gracias a ellos se consigue mantener cierto orden y tener un lugar para cosa, evitando pérdidas de tiempo buscando algún objeto.
Su versatilidad está fuera de toda duda, el uso final del mueble quedará al gusto, la creatividad y la necesidad del propietario.