El diseño inclusivo consiste, así, en entender las necesidades de todos los usuarios sin dejar a nadie fuera de tal forma que cualquier persona pueda acceder a los materiales que con tanto cariño y esfuerzo preparamos. Si producimos un vídeo que no tiene subtítulos o una ventana con un intérprete de lengua de signos, no nos va a poder entender. Lo mismo puede ocurrir, por ejemplo, con una persona ciega que puede entender nuestras imágenes siempre y cuando pongamos el texto alternativo. Una de las primeras cosas que debemos saber es que el diseño inclusivo no quiere decir que hagamos un diseño radicalmente distinto o que no esté acorde con las últimas tendencias. De hecho, el diseño inclusivo tiene y debe seguir las “modas” marcadas pero teniendo en cuenta cuestiones de accesibilidad que harán que nuestra creación pueda realmente impactar en todo el mundo. La revista Perfiles que editamos tanto en la versión física como digital y que es un claro ejemplo de diseño inclusivo u otro medio como puede ser Soziable donde prima la inclusividad tanto a la hora de informar como de diseñar. Simplicidad y organización: El diseño ha de ser sencillo visualmente y organizado, con un orden de lectura claro, esto no solo para que sea un diseño inclusivo si no para cualquier diseño es un mantra que debemos seguir. Tipografía: Más allá de nuestro manual de marca, siempre que queramos ser más inclusivos deberíamos optar por una tipografía sencilla, limpia, de palo y muy legible, que permita una fácil lectura. Color: Es algo fundamental a tener en cuenta para ser 100% inclusivos. Cuando hablamos de color no nos referimos a si escogemos un verde o un azul, más allá de eso debemos tener en cuenta que hablamos del contraste de color que se refiere a la diferencia de tonalidad entre el color del elemento y el fondo.