Los niveles de iluminación recomendados en un hogar varían según las actividades realizadas en cada espacio. La cocina requiere una iluminación funcional y estética, con alrededor de 200 lúmenes para la iluminación general y luces complementarias para las zonas de preparación de alimentos. El baño necesita una iluminación práctica y funcional, con luces generales y específicas para el espejo. Las áreas de paso requieren niveles de iluminación bajos, generalmente con unos pocos puntos de luz bien distribuidos. Los dormitorios deben ofrecer un ambiente acogedor, con iluminación general cálida y luz adicional para actividades específicas como leer o estudiar. Estas áreas buscan crear un espacio confortable con una iluminación versátil, se recomienda disponer de sistemas regulables o inteligentes para adaptarse a diferentes actividades. Se puede optar por luz general no muy potente y luz ambiental tenue para ver la televisión, con fuentes de luz auxiliares para leer. Es esencial considerar las actividades realizadas en cada habitación para determinar las necesidades lumínicas y seleccionar las luces LED correspondientes.