La educación inclusiva es un modelo educativo que busca atender las necesidades de aprendizaje de todos los niños, jóvenes y adultos con especial énfasis en aquellos que son vulnerables a la marginalidad y la exclusión social.
Es considerada como un proceso que toma en cuenta y responde a las diversas necesidades asociadas a la discapacidad y al ambiente.
La meta de la educación debe ser cultivar el deseo natural por aprender.
Los niños más grandes ayudan a los pequeños, los cuales a su vez retroalimentan a los mayores con conceptos ya olvidados.
En este método el niño avanza a su propio ritmo, con tareas establecidas por el maestro en el salón de clases, con el propósito básico de liberar el potencial para que se autodesarrollo en un ambiente estructurado.
El material con los que aprenden los niños ayuda al niño a entender lo que aprende, mediante la asociación de conceptos abstractos con una experiencia sensorial concreta, así realmente está aprendiendo y no solo memorizando.
Este método utiliza mucho la educación sensorial refinamiento de los cinco sentidos: vista, sonido, tacto, olor y gusto.
El propósito de los ejercicios es educar los sentidos, así el niño puede aprender sobre el ambiente, y ser capaz de discriminar sus aspectos más sutiles.