CORRER, CALLE Y CINTA

30.10.2013 11:09

DIFERENCIAS BIOMECANICAS

La frecuencia de zancada.
El tiempo de apoyo.
La cinemática del centro de gravedad.
La inclinación del cuerpo.
La cinemática del tobillo, rodilla y cadera.
La percepción de la velocidad.
La velocidad de transición marcha/carrera.
Las velocidades máximas.
La actividad muscular.
El coste energético.
La presión plantar.
 
Hablemos un poco de la cinemática de la carrera. Cuando corremos por la calle las piernas tienen el objetivo de buscar una propulsión para hacernos avanzar hacia adelante, propulsando nuestro centro de gravedad, en cambio cuando corremos sobre una cinta, al ser la “banda” la que se mueve nosotros no necesitaríamos ejercer esa fuerza de propulsión y el papel de las piernas será el de mantener la estabilidad.
 
Nuestros músculos isquiotibiales son los encargados de generar esa tracción necesaria para que nuestro centro de gravedad se vea propulsado hacia adelante en la carrera a pie, pero en la cinta estos músculos estarán menos solicitados ya que el movimiento de esta nos ayudaría a avanzar.
 
En la cinta mayor riesgo de descompensación ya que la musculatura anterior estará mucho más solicitada que la posterior, aumentando el riesgo de lesiones de rodilla. 
 
Esta demostrado que la carrera en cinta provoca una disminución de las presiones máximas, especialmente en la zona del talón y primer dedo, por otro lado se incrementarían las presiones en la zona plantar, fundamentalmente arco plantar y 2º y 5º dedo. Así mismo coincidiendo con los resultados de Escamilla Martinez (2011) se encuentra un incremento en la presión máxima de la zona interna del arco del pie comparado con la zona externa cuando se incrementa la velocidad, que puede ser debido a que en esta superficie realizamos un apoyo más plano que corriendo por fuera, provocando esa mayor sobrecarga del medio pie.
 
La musculatura tibial sufre más en cinta que en la carrera a pie por el simple hecho de tener que elevar el antepie y superar la cinta, sin la tracción que se da en el asfalto.
 
Si lo queremos incluir como actividad para perder peso,  correr en la calle, con la simple resistencia al viento incrementa el consumo calórico en un 10%.
 
Una alternativa, es incrementar la pendiente en 1-2º para así implicar más la musculatura posterior y tener que realizar una mayor tracción para propulsarnos.